En 1984 empezó a conformarse la UP como fuerza política que permitía el tránsito hacia la sociedad civil y los escenarios institucionales de participación de las FARC en proceso de paz que se adelantó en el gobierno de Belisario Betancur. El naciente movimiento creció rápidamente y presentó agendas que reivindicaban reformas políticas demócratas, sociales y económicas como una reforma agraria, nacionalización de los recursos naturales y un modelo económico nacional separado del capitalismo global. Las condiciones para lograr ese tránsito a la legalidad consistían en el compromiso de otorgar garantías tanto para los derechos políticos como de seguridad. En 1986 el candidato presidencial de la UP Jaime Pardo Leal alcanzó el tercer puesto con una votación de 4,6%. Además el partido logró representación en su mayoría en regiones del Nordeste: Bajo Cauca, Magdalena Medio, Urabá, Chocó, Arauca, Meta y Área Metropolitana de Medellín. Sin embargo, desde el año 1984 venían ocurriendo hechos de desaparición forzada, asesinato y tortura sistemática para estos miembros. Hecho que influyó en el levantamiento de los voceros de las FARC de la mesa de diálogo. Debido a que el Partido ya era señalado como a representación de la insurgencia el Gobierno no le dio protección oficial y se produjo por parte de grupos paramilitares, agentes estatales y carteles de narcotráfico una de las más grandes masacres en contra de este partido.